miércoles, 26 de noviembre de 2008

La toma del Maestranza

Manfredo Kraemer
ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA

Temporada 2008-09 de la ROSS. 5º Programa de abono. Solista: Olga Pitarch, soprano. Concertino-Director: Manfredo Kraemer. Programa: Obertura de Giuseppe Riconosciuto y Plaudite populi de Domingo Terradellas; Sinfonías nos. 15 y 19 de Carles Baguer; Obertura de La Clementina y Aria académica nº2 Se non ti moro allato de Luigi Boccherini. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Martes 25 de noviembre. Aforo: Media entrada.

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LOS BARROCOS TOMAN EL TEATRO DE LA MAESTRANZA

Aprovechando la presencia de la Barroca de Sevilla en el foso del Maestranza para el
Giulio Cesare haendeliano, la ROSS le ha cedido uno de sus programas de abono, iniciativa que bien podría repetirse en años sucesivos y que es digna de aplauso, pues ya iba siendo hora de que un conjunto del altísimo nivel más que demostrado de la OBS tuviera la ocasión de ofrecer sus propios contenidos en el centro neurálgico de la música sevillana.

Si hasta ahora las presencias del conjunto en el teatro se habían limitado a acompañamientos operísticos, esta vez la OBS ofreció uno de sus programa de recuperación de patrimonio español, que quizá habría sido mejor dejar para una futura ocasión, pues este debut convendría haberlo potenciado con música de primer nivel (por ejemplo, esas Sinfonías de Haydn que el grupo borda), aunque la coincidencia con el Festival de Música Española de Cádiz, donde los barrocos hispalenses actuaron el domingo pasado, condicionó de forma decisiva la elección final del repertorio.

Académicas, monótonas y poco interesantes las obras de Terradellas, de gran simplicidad aunque con algunos momentos de encanto (esos haydnianos rondós finales) las Sinfonías de Baguer, sólo Boccherini elevó realmente la temperatura de un concierto que en cualquier caso mostró una vez más a una orquesta de sonido vibrante y homogéneo que, dirigido por la mano vehemente de Manfredo Kraemer, sonó vitalista y opulenta, con articulaciones y ataques muy marcados, buscando fuego y obteniendo al menos chispas donde la música sólo ofrecía tizones apagados. Olga Pitarch mostró notable agilidad en los virtuosísticos juegos pirotécnicos del motete de Terradellas y matizó con gusto el aria de Boccherini, pese a puntuales problemas de volumen.

[Publicado en Diario de Sevilla el miércoles 26 de noviembre de 2008]

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