domingo, 25 de enero de 2009

Celebrando a Haendel (7)

Arias for...
ARIAS FOR CUZZONI
Lisa Saffer, soprano
Philharmonia Baroque Orchestra
Director: Nicholas McGegan

Georg Friedrich Haendel (1685-1759)

1. "Spietati, io vi giurai" de Rodelinda, regina de' Langobardi
2. "Ombre, piante, urne funeste!" de Rodelinda, regina de' Langobardi
[Stephen Schulz, flauta]
3. "Il volo così fido" de Riccardo Primo
[Judith Linsenberg, flauta dulce]
4. "Che sento? - Se pietà" de Giulio Cesare in Egitto
5. "E pur così - Piangerò" de Giulio Cesare in Egitto
6. "Da tempeste il legno infranto" de Giulio Cesare in Egitto
7. "Scoglio d'immota fronte" de Scipione
8. "È tale Otton? - Falsa immagine" de Ottone, re di Germania
9. "Giunge Otton? - Affanni del pensier" de Ottone, re di Germania
10. "Serve Asteria - Se non mi vuol amar" de Tamerlano
11. "Chi mai l'intende - Amante stravagante" de Flavio, re de' Langobardi
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HARMONIA MUNDI HMX 2908284.87 (CD 1) [72'19'']
Grabación: Noviembre de 1990


Tras las óperas y los oratorios de René Jacobs, el homenaje de Harmonia Mundi a Handel continúa con la agrupación en una caja de los cuatro recitales de arias que entre 1986 y 1991 Nicholas McGegan grabó al frente de la Philharmonia Baroque Orchestra, cada uno de ellos dedicado a un cantante de los que trabajaron con el compositor. El primero que figura en la caja (no el primero por fecha de grabación) es el dedicado a Francesca Cuzzoni. Nacida en Parma en 1700, Cuzzoni destacó desde los 18 años cantando en los principales teatros italianos y en 1722 fue contratada por la Royal Academy of Music, la institución que Haendel dirigía en Londres, con la que trabajó hasta su disolución en 1728, cantando no sólo roles haendelianos, sino de otros grandes compositores de la época. Cuzzoni llegó a Londres en diciembre de 1722 y cantó su primera ópera de Haendel el 12 de enero siguiente en el estreno de Ottone. Bien conocida es la anécdota, que cuenta John Mainwaring, el primer biógrafo del compositor, de que cuando Haendel entregó a la cantante la primera aria que había escrito para ella ("Falsa immagine"), Cuzzoni la rechazó argumentando que era demasiado simple, a lo que Haendel replicó indignado: "Madame, sé bien que usted es una auténtica Diablesa, pero sepa usted que yo soy Belcebú, el jefe de todos los diablos", tras lo que la tomó por la cintura y amenazó con arrojarla por la ventana si volvía a abrir la boca. A la postre, "Falsa immagine" (y el resto de la ópera) resultó ser un éxito rotundo el día del estreno, y para el segundo día la reventa multiplicó hasta por seis el valor de las entradas.

Después de Ottone, Cuzzoni cantó papeles protagonistas en todas las óperas escritas por Haendel hasta 1728, por este orden: Flavio, Giulio Cesare, Tamerlano, Rodelinda, Scipione, Alessandro, Admeto, Riccardo Primo, Siroè y Tolomeo. Su famosa rivalidad con Faustina Bordoni venía ya de los teatros italianos, pero se exacerbó en Londres, cuando se crearon grupos de partidarios de ambas sopranos que estaban encarnizadamente enfrentados, lo que terminaría conduciendo a la famosa pelea en la escena entre las dos divas el 6 de junio de 1727 durante la reposición de una ópera de Ariosti y en presencia de la Princesa de Gales, lo que acabaría siendo un factor más en la disolución de la Royal Academy. En 1729 volvió a Venecia y cuatro años después regresó triunfalmente a Londres, enrolándose en la compañía de Porpora, la rival de Haendel. Sin embargo, en 1737 el escándalo volvió a perseguirla, pues abandonó precipitadamente la capital británica justo antes de que se encontrara el cadáver de su marido, muerto por envenenamiento. Sin embargo, siguió actuando tranquilamente y con éxito en Italia y en los años 40 recorrió diversas cortes alemanas. En 1750, acosada por las deudas, Cuzzoni volvió una vez más a Londres para un concierto de despedida, en el que cantó las arias que le habían proporcionado su primer éxito en 1723, pero su voz estaba ya arrasada y el recital acabó por costarle incluso dinero. Pese a ello permaneció en Londres un año más ofreciendo algunos otros conciertos. Volvió definitivamente a Italia en 1751, para ingresar en un asilo para indigentes donde pasó el resto de su vida sobreviviendo gracias a la fabricación de botones. Falleció en Bolonia en 1772 en la más absoluta miseria.

Acerca de su arte vocal, Charles Burney escribió:
Es la más exquisita de las intérpretes. La naturaleza la dotó de una voz clara, suave y flexible. Para el auditorio era difícil decir si era más destacada en las arias lentas o en las rápidas. Una agilidad natural le permitía hacer disminuciones con una facilidad tal que nada parecía más fácil; el timbre natural de su voz era tan agraciado y tan tierno que convertía en patético todo lo que cantaba cuando tenía libertad para desplegar todos los recursos de su voz. Su forma de emitir, de sostener, de inflar y de disminuir los sonidos de forma progresiva le valió, de parte de los conocedores, el título de maestra absoluta de su arte. Aunque añadía pocas notas en un aria cantabile, aprovechaba cada oportunidad para embellecer la melodía con todos los refinamientos y los ornamentos en uso. Su trino era perfecto, tenía una gran fantasía en la invención y poseía el poder de acelerar o ralentizar el compás de la forma más inteligente, eso que los italianos llaman tempo rubato. Sus notas agudas eran inigualables por claridad y dulzura, y su entonación era tan precisa y estable que parecía que le resultara imposible cantar notas falsas.
Lamentablemente, Lisa Saffer dista mucho de la imagen que Burney trazó de la Cuzzoni. Su registro agudo es desabrido, estridente, feo, su afinación no siempre resulta estable y para las coloraturas más exigentes le falta agilidad. En cualquier caso, se trata de una cantante con suficiente musicalidad y aceptables recursos para hacer que su recital pueda escucharse con agrado.


Haendel: "È tale Otton? - Falsa immagine" de Ottone, re di Germania. [6'14''] Lisa Saffer, Philharmonia Baroque Orchestra. Nicholas McGegan.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

La conducción de McGegan en este cd es tan letargica y lenta como es habitual en todo lo que hace, por eso la urgencia y vivacidad que arias como scoglio d´imota fronte o da tempeste deberian irradiar esta aqui totalmente ausente. En efecto Pablo, la soprano tiene una voz que dista mucho de evocar las descripciones de la belleza de la voz de la Cuzzoni. La idea de un disco con arias creadas para esta diva Handeliana es buena como idea en si, pero aqui fue mala la eleccion de cantante y director para llevarla a cabo. Seria Maravilloso un nuevo album para Cuzzoni con Roberta Invernizzi quien tiene la voz ideal para los papeles cuzzonianos aunque extrañamente no ha abordado ninguno hasta ahora.. pero mientras ese sueño siga siendo un sueño Opera seria de Rousset/Piau es el mejor antidoto disponible para este arias para Cuzzoni de McGegan/Saffer.

Pablo J. Vayón dijo...

Estas grabaciones pertenecen a una época en la que la interpretación de la música barroca iba más o menos por los parámetros con los que la toca McGegan. Yo tampoco soy un entusiasta suyo, pero, aunque ya empezaba a hacerse un Haendel distinto, más afilado y dramático, hay que reconocer que el estilo actual de interpretación haendeliana es más reciente (a mí me gusta hacerlo arrancar del Giulio Cesare de Jacobs, que es del 91, y luego tuvo que asentarse, difundirse y mejorarse). Creo que McGegan toca esta música con solvencia. Sí pienso que Saffer no fue la mejor elección, pues ya había por entonces sopranos mejor dotadas para esta música, y de hecho los otros tres discos de la serie me parecen mejor cantados.

Muchas gracias por tus comentarios, que enriquecen el blog.

Anónimo dijo...

En mi opinion la historia de la opera Handeliana en disco tiene un hito que marca un antes y un despues en el Amadigi de Mark Minkowski de 1989. El Giulio Cesare de Jacobs es tambien sin duda un importante disco que en algunos aspectos sigue sin rivales.
Volviendo al tema original,de los discos que conforman esta serie (Cuzzoni, Senesino, Durastanti,Montagnana) mi favorito indiscutido es aquel dedicado a Durastanti con la maravillosa Lorraine Hunt , desgraciadamente la dirección de McGegan no esta a la par de ella y l´aure che spira y cara speme suenan practicamente igual. Alguna compañia disquera deberia retomar la idea de esta serie y grabar discos enfocados en el repertorio cantado por estas divas y divos del barroco..Aqui les falto la Bordoni y mi imaginación ya se remonta para imaginar un arie per Bordoni con Tuva Semmingsen o Anna Bonitatibus (suspiros!)

Señor no me agradezca por comentar en su blog, soy yo el agradecido a usted por brindar tan interesantes reseñas sobre esta música y permitirme expresar sobre este tema que me apasiona tanto.