domingo, 25 de octubre de 2009

Arrolladora teatralidad

Xenia Meijer (© Caroline Martinot)[© Caroline Martinot]

VIA SUL MARE


Barroco sin fronteras. Componentes: Xenia Meijer, mezzosoprano; Mercedes Ruiz, violonchelo; Ventura Rico, violone; Carlos García-Bernalt, clave; Daniel Zapico, laúd y archilaúd. Programa: Obras de Haendel, Muffat y Geminiani. Lugar: Iglesia de los Terceros. Fecha: Sábado 24 de octubre. Aforo: Casi lleno.

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ARROLLADORA TEATRALIDAD

Aunque holandesa por nacionalidad, la mezzo Xenia Meijer es una vieja conocida de la música y los músicos españoles, con los que colabora a menudo, hasta el punto de haber sido confundida a veces con una intérprete de la tierra. Y es que su aspecto físico hace pensar antes en la pasión latina que en el frío del norte de Europa. Como intérprete, es justamente la energía, la fuerza y la fiereza expresivas las que caracterizan su arte. Partiendo de una pasta vocal oscura, densa, de atractiva morbidez, Meijer sabe extraer hasta el último matiz de las obras que interpreta, en esta ocasión dos cantatas italianas de Haendel, Udite il mio consiglio y La Lucrezia, la primera una típica muestra del género pastoril, pero la segunda una absoluta obra maestra de estructura flexible y acentos dramáticos, que se ajustaron como un guante al estilo apasionado de la solista.

Si bien hubo momentos ocasionales en que se volatilizaron los graves y en el arranque de la primera aria de La Lucrezia la línea no fue un prodigio de precisión, la mezzo holandesa conquistó al público con una portentosa exhibición de recursos dramáticos, resolviendo sin apuros los pasajes de agilidad, haciendo magnífico uso de los reguladores y matizando con maestría los términos claves de cada pieza. Una ingenua aria de un villancico de Pedro Rabassa con la que, fuera de programa, cerró su actuación vino a poner justo contrapunto al dramatismo haendeliano y reafirmó su estupendo entendimiento de la música española.

El acompañamiento tuvo toda la rica variedad de timbres, la profundidad de foco y la flexibilidad en la articulación que exige una música como ésta y se plegó en acentuación y vigor a las maneras de la cantante. Pero los miembros de Via Sul Mare no son sólo idóneos haciendo el bajo continuo, sino grandes solistas, como demostró Carlos García-Bernalt en una transparente y vibrante interpretación de un arrollador Passacaglia de Muffat y Mercedes Ruiz en una elegantísima y exquisitamente fraseada Sonata de Geminiani.

[Publicado en Diario de Sevilla el domingo 25 de octubre de 2009]

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